A mi amigo Manolo Bis le habían comprado el día 14 de febrero de 2011 unos amigos una parrilla de la serie Vulcano de Castey. Comenzó a usarla y un par de meses después la parrilla se combó y lo peor que hay para una cocina de inducción es que la sartén o la parrilla estuviesen combadas hacia abajo.
Por otra parte no tenía el tique ya que los obsequiadores se lo habían llevado consigo junto a los de otras compras y no era cosa de comunicarles tan desastroso evento. El precio del "juguete" estaba en torno a los 40 euros, cantidad tampoco desdeñable. Dado que ciertos productos Castey tienen una garantía de 4 años y entre ellos se encontraba la parrilla de la serie Vulcano, mi amigo Manolo Bis se dirigió a Castey Global a su sección de contacto exponiendo la problemática de los desperfectos de tal parrilla en la que se advertía que era nueva y no había tenido mal trato. Se acordó que se remitiría a Castey y la examinarían y que tras embalarla pasaría a por ella un mensajero. Por unas cosas y otras se demoró, especialmente por el mes de vacaciones en que prácticamente muchas factorías cierran y Manolo estaba dando vueltas sobre la parrilla que tenía que comprar para sustituir la lesionada.
Reiniciado el curso y tras nueva comunicación la parrilla fue recogida y días después tras anuncio por e-mail, le fue entregada a mi amigo Manolo Bis una parrilla nueva en su domicilio y tuvieron el detalle de regalarle un bonito delantal de cocina que me regaló.
Yo tengo la debilidad de reconocer el buen comportamiento de empresas del sector del menaje de la cocina; en este caso, el comportamiento ejemplar de Castey Global.
Imagen procedente de Castey Global
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